Por qué la demencia puede ser diferente para los latinos

Los latinos pueden experimentar signos y síntomas ligeramente diferentes de demencia, con más depresión y ansiedad y una tasa más rápida de deterioro funcional que las personas negras o blancas no hispanas, según una nueva investigación presentada en el simposio Latinos and Alzheimer de este año, patrocinado por la Alzheimer’s Association.

Algunos hallazgos probablemente se vean influenciados por las prácticas sociales y culturales de la población hispana, dicen los investigadores. Otros, en particular el marcado aumento de la ansiedad y la depresión en comparación con los negros y los blancos no hispanos, podrían estar relacionados con el proceso de la enfermedad en sí.

Pero cualquiera que sea su origen, estas diferencias merecen mucha más investigación, le dijo a AARP el investigador sobre demencia Andrew Zaman, en especial considerando que se proyecta que el número de latinos que viven con Alzheimer se disparará en las próximas décadas, con un posible aumento de un 832% para el año 2060, según un informe (en inglés) de University of Southern California y UsAgainstAlzheimer.

Los hispanos con demencia reportan más ansiedad y depresión

Para entender mejor los problemas de estado de ánimo y ansiedad en diferentes poblaciones que sufren de demencia, Zaman —quien es instructor adjunto de University of West Florida en Miami— y el psicólogo clínico Michael Cuccaro compararon los índices de ansiedad y depresión en unas 5,000 personas inscritas en un amplio estudio genético.

Dividieron el grupo en hispanos, negros y blancos no hispanos, y luego nuevamente por estado cognitivo: función cognitiva normal, deterioro cognitivo leve y enfermedad de Alzheimer. Luego, analizaron los índices de ansiedad y depresión en cada grupo.

En general, los hispanos reportaron más ansiedad (25.6%) que los negros (16.3%) o los blancos no hispanos (11.3%). Los hispanos con deterioro cognitivo leve o con Alzheimer también reportaron más ansiedad y depresión que sus compañeros con esos trastornos.

El estudio no puede determinar si los hallazgos psicológicos son parte del avance de la demencia o una reacción al diagnóstico, señala Zaman. Pero tanto la ansiedad como la depresión son factores de riesgo bien conocidos para la demencia, e investigaciones anteriores han sugerido que pueden ser manifestaciones muy tempranas de acumulaciones anormales de proteínas —amiloides y tau— en el cerebro.

“Tenemos mucha evidencia de que los medicamentos y la terapia conversacional ayudan, pero las minorías tienen las tasas más bajas en relación con este tipo de ayuda”, dijo Cuccaro, director adjunto del Center for Genomic Education & Outreach de la Facultad de Medicina Miller de University of Miami.

“Necesitamos trabajar más para que los servicios de salud mental sean accesibles para estos grupos, con proveedores culturalmente informados que hablen el mismo idioma. Tiene que comenzar con que las personas se sientan cómodas hablando sobre su ansiedad y depresión y puedan expresarle sus pensamientos al proveedor adecuado”.

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