Aún no está claro si tomar vitaminas puede reducir el riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca o de tener un ataque cardíaco. Sin embargo, lo que se sabe es que ninguna vitamina puede prevenir el desarrollo de una enfermedad cardíaca si no controlas tus otros factores de riesgo, como una mala alimentación, fumar, el colesterol alto y la diabetes.
Algunos estudios han sugerido que determinadas vitaminas, como las vitaminas C y E, pueden reducir el riesgo de enfermedad cardíaca, pero los ensayos clínicos a mayor escala no mostraron beneficios. La Asociación Americana del Corazón no recomienda tomar ninguna de esas vitaminas como forma de prevenir una enfermedad cardíaca.
Hay algunos indicios de una relación entre los bajos niveles en sangre de la vitamina D y la enfermedad cardíaca. Sin embargo, en la mayoría de las investigaciones, se demostró que tomar vitamina D con o sin calcio no reduce el riesgo de enfermedad cardíaca ni de sus complicaciones. Habla con el proveedor de atención médica si tienes dudas sobre tu nivel de vitamina D.
En su mayoría, las personas que, en general, están sanas y llevan una alimentación nutritiva no necesitan tomar vitaminas a diario. Si te preocupa tu nutrición, consulta con el proveedor de atención médica si tomar una vitamina a diario podría ser una buena opción para ti.
O mejor aún, agrega alimentos ricos en nutrientes a tu dieta (como verduras, frutas, frutos secos, aceites saludables, granos integrales y al menos dos porciones de pescado por semana) para ayudar a proteger el corazón. Limita el consumo de sal, grasas trans y grasas saturadas.