Hay momentos maravillosos en la vida que nos asombran de manera extraordinaria. El nacimiento de un hijo, el ver un hipnotizante atardecer, escuchar un sublime concierto de Beethoven, ver los impecables brochazos de una pintura renacentista, el gesto de amabilidad de algún extraño…
Después de más de 20 años de enseñar sobre la felicidad por todo el mundo y de más de 15 años de investigación sobre las emociones humanas, el psicólogo e investigador Dacher Keltner descubrió una emoción que puede ayudarnos a vivir mejor: el asombro.
En su libro “AWE”, Keltner demuestra cómo el asombro tiene un impacto positivo en nuestra salud y bienestar. El asombrarnos de cosas fuera de nosotros mismos puede darle mayor sentido a nuestra vida diaria, incrementar nuestra felicidad y el placer de vivir, elevar nuestro valor humano y fortalecer nuestro ambiente de comunidad. Y lo mejor de todo es que el poder de asombro lo podemos encontrar en todas partes.
¿Cómo define Keltner el asombro? El asombro es el sentimiento de estar en la presencia de algo vasto que trasciende nuestro actual entendimiento del mundo.
Para entender mejor su impacto y estructurar una taxonomía sobre el asombro a nivel global, Keltner realizó un estudio en 26 países para encontrar historias de asombro basándose en la definición anterior. En esta investigación participó un grupo muy heterogéneo de 2,600 personas de diferentes creencias, lenguajes y culturas, y de países con diferentes sistemas de gobierno.
Los resultados le permitieron hacer una clasificación muy interesante sobre el asombro que denominó las Ocho Maravillas de la Vida. Vamos a detallarlas a continuación.
La primera maravilla y la razón más común de asombro se encuentra en la Belleza Moral. Esa capacidad de asombro que encontramos en la amabilidad, fuerza y superación de otras personas. Los humanos admiramos a aquellas personas que tienen la virtud y el carácter de conducirse con acciones de bien, que logran superar adversidades en la vida, que se arriesgan por el prójimo y que viven con humanismo.
La segunda maravilla es la Efervescencia Colectiva. Hay emociones muy positivas que se generan en actividades de gran afluencia como festivales de música o eventos de activismo político. Pero también en actividades grupales más reducidas como el salir a caminar con amigos, realizar deportes en conjunto o formar parte de un grupo de baile. La experiencia del movimiento con otros nos deleita y transporta. Incluso en algunas culturas los bailes son usados en rituales de gran valor espiritual.
La tercera maravilla del asombro se encuentra en la Naturaleza. Con seguridad podemos recordar paisajes que nos dejaron sin aliento, atardeceres hipnotizantes, el relajante fluir de una cascada, el seductor olor del bosque, el melódico cantar de los pájaros en un parque natural o un imponente arcoíris en el horizonte.
Además de asombrarnos, estar en la naturaleza tiene beneficios en nuestra salud mental. Los japoneses recomiendan hacer Shinrin-yoku (baño forestal), que es ir a caminar y adentrarse en la naturaleza. Esta actividad ayuda a reducir el estrés, a mejorar nuestra concentración y memoria, a liberar nuestra imaginación y creatividad, mejorando nuestro estado de ánimo y haciéndonos sentir más vivos.
En la Música se encuentra la cuarta maravilla del asombro. Para quienes han formado parte de una orquesta o un grupo de música, tocar las notas musicales de una pieza en armonía con otros es una experiencia sublime que transporta. Pero también asombra el estar presentes en un concierto cantando al unísono con los demás.
Keltner explica cómo las vibraciones de sonido desatan señales neuroquímicas en la corteza auditiva de nuestro cerebro, influyendo diferentes órganos de nuestro cuerpo que sienten la música, y añadiendo estos sentimientos a la memoria en el hipocampo.
La quinta maravilla es el Diseño Visual, donde el talento artístico de los demás es una cuestión de gran asombro. Algunos ejemplos son admirar la belleza estética en obras de arte, la creatividad arquitectónica en edificios, la espontánea aparición de un grafiti urbano al caminar por la ciudad y los diseños sofisticados que encontramos en las máquinas y en dispositivos tecnológicos.
A partir de la sexta maravilla, la Experiencia Espiritual o Religiosa, las historias de asombro son menos comunes, pero igualmente significativas. Algunas personas sienten una conexión profunda al ligar historias de misticismo con emociones humanas.
Las historias de Vida o Muerte ocupan la séptima maravilla del asombro. El atestiguar el preciso instante del nacimiento de un bebé y pensar en las infinitas posibilidades de vida, o presenciar la transición de partida de un ser amado que cumplió con una vida bien vivida y llena de sentido, son experiencias de gran asombro.
En la octava maravilla encontramos las Epifanías de la vida. Es decir, esos momentos llenos de sentido y pensamiento profundo cuando súbitamente comprendemos algunas verdades que nos transforman la vida y la manera de ver el mundo para siempre.
Pero sea cual fuere su detonante, afortunadamente las oportunidades de asombro se presentan todos los días. Tengamos nuestro radar abierto y no perdamos de vista la capacidad de maravillarnos de nuestro mundo, agradecidos con la gran suerte de vivir en un lugar y tiempo únicos en este vasto universo lleno de misterio y belleza, y rodeados de tantas personas admirables que enriquecen nuestras vidas.
Que hasta el último suspiro que tengamos en este breve instante que es nuestra existencia, vivamos la vida siempre con amor y llena de sentido.