El dolor y la depresión tienen una relación cercana. La depresión puede causar dolor — y el dolor puede causar depresión. A veces el dolor y la depresión crean un círculo vicioso en que el dolor empeora los síntomas de la depresión, y la depresión resultante empeora los síntomas del dolor.
Para mucha gente, la depresión causa síntomas físicos sin explicación, como dolores de espalda o de cabeza. Esta clase de dolor puede ser el primer síntoma de depresión, o el único.
El dolor y los problemas que causa pueden desgastarte con el tiempo y afectar tu estado de ánimo. El dolor crónico causa una variedad de problemas que pueden llevar a la depresión, como problemas para dormir y estrés.
El dolor que incapacita puede causar autoestima baja por problemas con el trabajo o económicos, o la imposibilidad de participar en actividades sociales y pasatiempos.
La depresión no se presenta solo con dolor que resulta de una lesión. Es también común en la gente que tiene dolor asociado a un trastorno de salud como diabetes, cáncer, o una enfermedad cardíaca.
Para controlar los síntomas de dolor y de depresión, quizás necesites un tratamiento separado para cada trastorno. Pero algunostratamientospuedenayudarte con ambos:
- Los medicamentos antidepresivospueden aliviar tanto el dolor como la depresión a causa de mensajeros químicos compartidos en el cerebro.
- La terapia conversacional,también llamada asesoramiento psicológico (psicoterapia), puede ser efectiva en el tratamiento de ambos trastornos.
- Las técnicas para reducción del estrés,la actividad física, el ejercicio, la meditación, escribir en un diario, aprender técnicas de afrontamiento y otras estrategias también pueden ser útiles.
El tratamiento para el dolor y la depresión concurrentes puede ser más efectivo cuando implica una combinación de tratamientos.
Si tienes dolor y depresión, busca ayuda antes de que tus síntomas empeoren. No es necesario sentirse tan mal. Recibir el tratamiento adecuado puede ayudarte a comenzar a disfrutar de la vida otra vez.