Actualmente, los sistemas agroalimentarios generan grandes volúmenes de alimentos a los mercados mundiales, a costa de la deforestación, escasez de agua, pérdida de biodiversidad y agotamiento del suelo. Ante ello, la agroecología resulta la mejor alternativa
La agroecología es un enfoque integrado con una visión social y ecológica que gestiona los sistemas alimentarios y agrícolas. Tiene el objetivo de optimizar las interacciones entre las plantas, los animales, los seres humanos y el medio ambiente. Con la intención final de lograr un sistema alimentario justo y sostenible.
Este planteamiento agroalimentario se opone a la reducción de la biodiversidad, al uso de todo agroquímico y al excesivo e inadecuado empleo de la mecanización. Debido a que causan contaminación y destrucción del ambiente.
10 elementos para conocer la agroecología
Según la FAO, la agroecología es esencial para una alimentación y agricultura sostenibles, y se compone de 10 elementos:
Diversidad: La diversificación es fundamental en las transiciones agroecológicas para garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición. Al mismo tiempo, conserva, protege y mejora los recursos naturales.
Creación conjunta e intercambio de conocimientos: Las innovaciones agrícolas responden mejor a los desafíos locales cuando se crean conjuntamente mediante procesos participativos.
Sinergias: Crear sinergias potencia las principales funciones de los sistemas alimentarios. Pues favorece la producción y múltiples servicios ecosistémicos.
Eficiencia: Las prácticas agroecológicas innovadoras producen más utilizando menos recursos externos.
Reciclaje: Reciclar más significa una producción agrícola con menos costos económicos y ambientales.
Resiliencia: Mejorar la resiliencia de las personas, las comunidades y los ecosistemas es fundamental. Así se logran sistemas alimentarios y agrícolas sostenibles.
Valores humanos y sociales: Un pilar sostenible es proteger y mejorar los medios de vida, la equidad y el bienestar social.
Cultura y tradiciones alimentarias: Apoyar y propiciar dietas saludables, diversificadas y culturalmente apropiadas; así se mantiene la salud de los ecosistemas.
Gobernanza responsable: Para lograr una alimentación y una agricultura sostenibles es necesario adoptar mecanismos de gobernanza responsables y eficaces a diferentes escalas; de la local a la nacional y la mundial.
Economía circular y solidaria: Las economías circulares y solidarias que reconectan a productores y consumidores ofrecen soluciones innovadoras para vivir dentro de los límites de nuestro planeta. A la par, afianzan las bases sociales para el desarrollo inclusivo y sostenible.
Cabe señalar que este enfoque de producción depende de las condiciones específicas de cada contexto. Por lo que es adaptable a cada entorno ambiental, social, económico, cultural y político. La agroecología permite abordar los desafíos de los sistemas alimentarios, en particular la adaptación al cambio climático.