El número de personas que murió por enfermedades cardiovasculares (ECV) en Estados Unidos aumentó durante el primer año de la pandemia de COVID-19, pasando de 874.613 muertes en 2019 a 928.741 en 2020, un 6,19 por ciento de incremento, según los últimos datos de las Estadísticas de Enfermedades Cardiacas y Accidentes Cerebrovasculares de la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés).
El aumento en el número de muertes por ECV en 2020 representa el mayor aumento en un solo año desde 2015 y superó el máximo anterior de 910,000 registrado en 2003, de acuerdo con el estudio, publicado en la revista científica ‘Circulation’.
“Si bien el número total de muertes relacionadas con ECV aumentó de 2019 a 2020, lo que puede ser aún más revelador es que nuestra tasa de mortalidad ajustada por edad aumentó por primera vez en muchos años y en un 4,6 por ciento bastante sustancial”, ha comentado la líder del estudio, Connie W. Tsao,profesora asistente de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard y cardióloga de planta en el Beth Israel Deaconess Medical Center en Boston.
Los mayores aumentos en el número total de muertes relacionadas con la ECV se observaron entre la población asiática, negra e hispana, poblaciones más afectadas en los primeros días de la pandemia, y pusieron de relieve las crecientes disparidades estructurales y sociales.
Las enfermedades cardiovasculares, en general, incluyen la cardiopatía coronaria, el ictus, la insuficiencia cardiaca y la hipertensión arterial. La cardiopatía coronaria incluye la obstrucción de las arterias o aterosclerosis del corazón, que puede provocar un infarto.
Conocida generalmente como “cardiopatía”, la cardiopatía coronaria sigue siendo la primera causa de muerte en EEUU. El ictus sigue ocupando el quinto lugar entre todas las causas de muerte, por detrás de las cardiopatías, el cáncer, la COVID-19 y las lesiones/accidentes no intencionados.
