Cirugías estéticas se disparan sin suficientes especialistas

A raíz de la pandemia de covid-19 se incrementaron exponencialmente los requerimientos de cirugías estéticas, sin embargo, los especialistas en estos procedimientos son apenas un puñado para dar cauce de modo profesional a las personas que solicitan un retoque. En México, apenas unos 55 médicos concluyen su titulación de esta rama por año.

Luis Rodrigo Reynoso Rivera-Río, Subsecretario de la Federación Colegiada de Cirugía Plástica de México, señala que este incremento se debe al uso de redes sociales, como Instagram o TikTok.

“Algunas clínicas fraudulentas anunciadas en redes sociales se aprovechan del deseo de las pacientes de parecerse a una artista para engañarlas cuando en realidad es imposible obtener los resultados esperados por las chicas”, dijo el cirujano Luis Rodrigo Reynoso, en entrevista para Excélsior.

En tan sólo el primer semestre de 2022, se eliminaron 769 publicaciones en redes sociales como Facebook y TikTok sobre ofertas quirúrgicas, de acuerdo con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

Según la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva (AMCPER), en nuestro país existen más de 20 mil médicos cirujanos plásticos falsos o mejor conocidos como “charlatanes”.

En diez años, México pasó de estar en el quinto país en el mundo con mayor número de cirugías estéticas para convertirse en el tercero, solo por debajo de Estados Unidos y de Brasil, según datos de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS).

Hoy, por ejemplo, México ocupa el segundo lugar a nivel mundial en implantación de grasa y de implantes en glúteos. Estamos únicamente un peldaño abajo de Colombia.

De 400 mil procedimientos quirúrgicos estéticos, que se realizaban cada año en 2012, en la actualidad, son más de medio millón, de los cuales, prácticamente la mitad (250 mil) son cirugías de aumento de mama, de acuerdo con cifras de la ISAPS.

Y aunque en México se han disparado las cirugías estéticas, la proporción de médicos certificados para hacerlo, no. El Colegio Nacional de Certificación en Medicina (Conacem) registró sólo mil 988 especialistas en cirugía plástica certificados para nuestra población de 130 millones de habitantes.

“Por cada especialista en cirugía plástica certificado, existen entre 20 y 25 personas que realizan procedimientos de dudosa calidad sin estar capacitados y en lugares insalubres”, explicó en conferencia a principios de 2022, José Luis García Ceja, director General de Calidad y Educación en Salud (DGCES) de la Secretaría de Salud.

Un cirujano plástico necesita para obtener su cédula profesional aproximadamente 14 años de pura formación académica de medicina general, más la especialidad de cirugía general y la subespecialidad en cirugía plástica, estética y reconstructiva, más los años de experiencia.

“En lo personal, recibo al menos, un par de pacientes que palomean cinco de los diez síntomas más frecuentes de la lista por enfermedad relacionada a implantes mamarios como: fatiga, nebulosa/confusión cerebral (problemas de concentración y memoria), pérdida de cabello, alteraciones en la sensibilidad/hormigueo en brazos y enfermedades autoinmunes”, aseguró el doctor Luis Rodrigo.

El cirujano pide a pacientes reflexionar la decisión de una cirugía, pues ha identificado enfermedades autoinmunes por implantes mamarios en procedimientos bien realizados.

Además, invita a la población a buscar y a verificar en internet, si los médicos que visitan están certificados: https://cmcper.org/ (Consejo Mexicano de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva).

Los cinco tratamientos más populares solicitados por mujeres son el aumento de pecho (implantes de silicona), liposucción, blefaroplastia, abdominoplastia y elevación de senos, según la ISAPS.

En tanto, la psicóloga Selfa González Gomar, de la Universidad Iberoamericana, maestra en sexualidad y equidad, asegura que en la población es necesario comenzar a mirarnos completos en el espejo y aceptarnos.

Sostuvo que es necesario hacer un proceso personal para reconocer lo que nos ha dolido, desde un espacio seguro como las terapias psicológicas. Donde podamos ser escuchados sin ser juzgados y podamos analizar, de manera más profunda por qué queremos hacernos una cirugía estética y luego, decidir con una mayor conciencia, si se desea seguir con el tratamiento quirúrgico o no.

*Con información de Claudia Solera / Excelsior

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