Científicos del Cicese estudian enfermedades que afectan los viñedos de Baja California

La enfermedad de Pierce, las enfermedades de la madera, el enrollamiento de la hoja de vid y recientemente la de la mancha roja, así como la plaga del piojo harinoso, están presentes en los valles vinícolas de Baja California y representan los mayores riesgos fitosanitarios para vides y viñedos. 

Por ello, en los últimos años el grupo de Fitopatología del Cicese ha estudiado aspectos de diagnóstico, caracterización y control de hongos, bacterias y virus que producen estas enfermedades, además de evaluaciones in vitro y en campo, así como la búsqueda de organismos para el control biológico de los patógenos que las ocasionan y de los insectos transmisores, como el piojo harinoso de la vid.

Este grupo está adscrito al Departamento de Microbiología del Cicese, y lo lideran tres investigadores principales: Rufina Hernández Martínez, en fitopatología (hongos, bacterias y nematodos), Jimena Carrillo Tripp, en el área de virología agrícola, y Edgardo Sepúlveda Sánchez, quien trabaja en el área de bacteriología.

La doctora Rufina Hernández informó que desde hace 15 años se realizan estudios sobre enfermedades de la vid en Baja California y Sonora, buscando la colaboración con los Comités Estatales de Sanidad Vegetal, Senasica, Sader, y con el apoyo de productores, tanto locales como de Sonora.

Los casos más claros de enfermedades que ya están presentes en viñedos de Baja California, explicó la doctora Jimena Carrillo, son aquellas que provocan el enrojecimiento de las hojas, pues los síntomas en las plantas afectadas son muy claros. 

Se trata de la enfermedad del enrollamiento de la hoja, y de la mancha roja, ambas provocadas por virus, sin embargo, como algunos de los síntomas se pueden confundir con deficiencias minerales u otras afectaciones, puntualizó que es muy recomendable que se tengan diagnósticos, de preferencia moleculares, y que sean confiables.

Jimena Carrillo ingresó al Cicese en 2018 y en ese momento era casi obvio que ya estaban presentes esas dos enfermedades en los viñedos de Baja California, ya sea en ausencia o en presencia de piojo harinoso.

Con la entrada del vector, los primeros reportes en la zona costa de Baja California fueron en 2014, se vuelve una bomba de tiempo porque estas enfermedades se pueden dispersar rápidamente y si no se da un manejo adecuado el viñedo puede acabarse, hasta en 100 por ciento al cabo de cinco a 10 años de plantadas las vides”, consideró.

Otro tema en el que trabaja este grupo de investigación en el Cicese es la enfermedad de la mancha roja, la cual afecta la calidad y maduración del fruto, reduce sólidos solubles y provoca la maduración irregular del racimo.

“Los insectos vectores que están reportados son la chicharrita de la vid y el periquito tricornudo, pero no tenemos idea en Baja California cuáles son, sabemos  que aquí existe la enfermedad de la mancha roja; de hecho, fuimos los primeros en reportar el virus a nivel nacional, pero no sabemos qué vectores, si los hay, están presentes en Baja California y si pueden diseminar la enfermedad”, aseguró la investigadora.

Otro trabajo que inició el grupo pretende identificar virus del piojo harinoso, es decir, no los virus que transmite el piojo de planta a planta, sino aquellos que pueden infectar al piojo, esto puede considerarse un primer paso para desarrollar, a largo plazo, un tratamiento de control biológico o biotecnológico para el control del piojo harinoso, con un enfoque desde la virología.

Otra línea de investigación que destaca la doctora Rufina Hernández es la caracterización de hongos de la madera asociados a vides criollas de Baja California.

“Se trata de nuestras vides patrimoniales, que llevan muchos años en esta región, como la Misión o Rosa del Perú, nuestra intención es conocer qué está pasando con ellas porque, en última instancia, podrían ayudarnos mucho para hacerle frente al cambio climático, considerando que estas vides han estado ahí durante mucho tiempo resistiendo condiciones de falta de agua y alta temperatura”, detalló.

Para ello han colectado tejido en nueve viñedos del Valle de Guadalupe, ejido Uruapan, San Antonio de las Minas y en Tecate. Además de la caracterización que permitirá conocer qué hongos están asociados a estas vides, también se está haciendo una tipificación de qué tanta variabilidad genética existe en esas plantas.

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