El turismo de salud y bienestar: áreas de oportunidad

El turismo médico o de la salud se puede definir, de manera general, como el flujo de personas, de un país a otro(s), para recibir tratamientos, curas o intervenciones quirúrgicas de cualquier índole. Al mismo tiempo, se trata de una actividad económica muy importante, que aglutina diversos servicios: desde hospitales y laboratorios hasta hoteles, restaurantes y agencias de viajes.

Los beneficios del turismo de Salud y Bienestar en materia económica son evidentes, ya que alientan la inversión y generan empleos. De acuerdo con un análisis elaborado por Deloitte, en 2019, el tamaño de la industria del turismo médico en México alcanzó los 14.1 mil millones de dólares (9% del total a nivel mundial), con una contribución directa al sector turismo de 3.5 mil millones de dólares.

Con la creciente demanda de servicios clínicos, por parte de visitantes de otros países, no solo se dan empleos a médicos, enfermeras y camilleros; también se detonan otros sectores, como el de transportistas, hoteleros y el de recreación, por parte de los pacientes y todas las personas que los acompañan en sus viajes.

Para satisfacer esa demanda, México cuenta con la infraestructura adecuada, así como con un alto grado de capacitación profesional y equipamiento e insumos de última generación. Estas condiciones dan una gran ventaja a nuestro país como destino de turismo médico, pero todavía es necesario mejorar algunas cuestiones.

Un área de oportunidad muy importante son las capacidades lingüísticas, ya que en el país se requieren profesionales médicos o a nivel técnico (enfermeras, fisioterapeutas, camilleros) que cuenten con un adecuado manejo de idiomas para brindar un mejor servicio a los pacientes.

Por otra parte, se debe mantener el proceso de mejora continua de los clústeres médicos (grupos de empresas e instituciones interconectadas en el sector salud). La operación de éstos implica actividades logísticas, económicas y comerciales, pero también una vinculación muy estrecha –y que debe cuidarse– con los centros académicos y de investigación. Al mismo tiempo que se trabaja en su promoción, a través de la creación de una marca y las recomendaciones dentro de la comunidad médica.

En tercer lugar, la industria del turismo médico puede aprovechar la sobre oferta de doctores que se gradúan en las universidades del país. Esta es una buena oportunidad para mejorar la calidad de los servicios y contribuir a la recuperación de los pacientes.

Para satisfacer la creciente demanda de servicios clínicos, México cuenta con la infraestructura adecuada, así como con un alto grado de capacitación profesional y equipamiento e insumos de última generación.

Finalmente, el desarrollo del turismo de salud abre un enorme potencial para el sector de las aseguradoras, ya que todavía existen muchas restricciones en la venta de seguros médicos a los extranjeros que, de otra forma, podrían buscar, en mayor proporción, tratamientos en nuestro país.

Tomando en consideración todos los factores anteriores podemos concluir que México, en definitiva, es un destino en ascenso del turismo médico. Por ahora, solo queda atender los requerimientos de la industria para consolidar nuestra posición a nivel mundial y mantener los buenos niveles que, hasta la fecha, el sector ha mostrado.

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